martes, 27 de enero de 2009


Cuando el sonido comenzó, poco a poco en el constante ritmo, mi cuerpo, mi alma , se fue perdiendo en el lago...
Ahí la encontré, sus ojos marrones resaltaba sobre su blanca piel, sus cabellos le caían sobre sus hombros, no quise interrumpir la melodía, pero noto mi presencia, me sonrió, y ante mis ojos ella desapareció.
-"Viaje al centro del jardín de los senderos que se bifurcan"-

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